Cuando era pequeño iba casi todos los días a la casa de un amigo que tenía una piscina. Como mi casa nunca tuvo jardín (por consecuencia, tampoco piscina) siempre tenía que ir a su casa, porque si me quedaba en la mía me deprimía y me moría de calor.
En su piscina lo único que hacíamos era jugar carreras de punta a punta, tirar una moneda al fondo para luego jugar a la búsqueda del tesoro, y tirarnos para ver quién salpicaba más agua. Nos tirábamos de todas las formas: bomba, palito, pecho…
Pero en esa época no había tanta tecnología como ahora. Rubén, mi amigo, estaba orgulloso de poseer el récord de “mayor salpicada de agua”. Claro, este récord era imaginario, porque de chico no teníamos los medios para medir cuánta agua salpicaba cada uno. Pero déjenme decirles que Rubén salpicaba, y mucho.
Ahora todo sería diferente, porque en internet encontré un invento que sirve para medir el nivel de agua salpicada, el Splash-O-Meter. Este simple dispositivo tiene forma de palo, tiene diferentes niveles de medición, y flota en el agua.
Para saber quién salpicó más, solamente hay que ver hasta qué nivel llegó el agua. Si salpicas hasta el nivel uno es porque no sabes cómo tirarte, pero si salpicas hasta el nivel diez, eres realmente el rey de la piscina. Podrías ser el próximo Rubén.
No sé qué estará haciendo Rubén hoy en día, pero me imagino que le encantaría tener un Splash-O-Meter en su piscina.
Vía | Gizmodiva
Temía que inventaran algo así…Pero en fin es digno de estar aquí sin dudas. Que invención, una locura.
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