Todos los días en la oficina me pasa exactamente lo mismo. Tengo unas compañeras de trabajo realmente hermosas y yo soy el único hombre en toda la oficina. Me hacen muchos chistes, me abrazan, me acarician y me mandan a preparar café también. Yo les hago todo lo que me pidan porque sin ellas yo no estaría tan bien. Entonces preparo el mejor café y se los entrego a cada una en su escritorio, al lado de sus respectivas laptops.


Ellas en retribución me devuelven con algún cariño como por ejemplo: “Gracias bombón”, “Siempre tan dulce” y muchas cosas más. El problema que he tenido desde que entré a trabajar, es que tengo las manos absolutamente quemadas. Es que no hay fuentes ni platos en la oficina y tengo que llevar las tazas de café en la mano y de a varias. Así es como me he quemado absolutamente todo el cuerpo en varias oportunidades.
Ahora con estas tazas que me he comprado , no tengo ningún problema. Llevo de a 20 cafés todos juntos y nunca derramé una sola gota. Ahora me encuentro rehabilitándome de las quemaduras y todo va mejor encaminado.
Vía | mocha
